martes, 17 de marzo de 2015

Los ojos una ventana Empañada


Virgilio Rodríguez Macal,  uno de los mejores escritores de los que tenido el placer de leer,  como es de costumbre en  todas sus obras nos  transporta a la selva  en este caso más específicamente a las selvas de Petén para conocer a una hermosa y salvaje mujer llamada “Carazamba”.

 

“Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verla”.-Confucio

 

Virgilio Rodríguez Macal nos pone en la piel de un quezalteco comerciante de madera, que  encontró el amor y una gran aventura.

 

Las cosas nunca son lo que parecen o más bien las personas no son lo que parecen,  ¿te has encontrado con una persona que físicamente es muy agradable pero resulta siendo todo lo contrario?, esto resulta ser bastante común en la vida cotidiana, la primera impresión define como nos ven las personas, pero esto no debería ser de esta manera, la frase “no debes juzgar un libro por su portada” tiene mucho sentido, pues hacer un juicio de una persona por su nivel económico, su nivel social o intelectual, es probablemente la cosa más estúpida que cometemos.

Virgilio Rodríguez nos deja claro esto, al mostrar a Carazamba como una mujer fría y con el único propósito de divertirse, pero al transcurrir la historia nos damos cuenta que ella no es como las personas piensan, es una mujer amorosa, agradable, fuerte y  fiel; al terminar la historia me di cuenta de que aun yo la había juzgado sin antes saber más sobre ella. La historia tiene un desenlace trágico pero nos enseña valiosas lecciones y a mi parecer la más importante es no dejarnos llevar por lo que nuestros ojos ven, ya que los ojos son una ventana empañada, captan lo que nosotros queremos ver y en ocasiones nuestros propios ojos tienen una cortina que nos oculta la verdad. Conocer a alguien requiere mucho tiempo, pero si de algo estoy seguro es que si  tomamos el tiempo de conocer a una personas nos llevaremos una gran sorpresa  buena o mala, ya que este mundo está lleno de sorpresas tan maravillosa que lo único que hace falta para verlas es limpiar esa ventana empañada.

 

Bryan Huitz

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